jueves, 26 de marzo de 2015

Neruda y los crepúsculos.

Pablo Neruda y un crepúsculo sobre Cabudare (Venezuela).


Hoy me gustaría hablar de uno de los momentos del día que más interesante me parece. Es un corto periodo de tiempo que tiene un “algo” especial, una especie de magia en el sentido más benigno del término. Estoy refiriéndome al crepúsculo. Aunque  todos sabemos qué es el crepúsculo creo que no sabemos lo suficiente de él. Para empezar, y aunque hemos dado por sabido de qué estamos hablando, vamos a definirlo y en esta ocasión me quedo con la definición que  hace la Real Academia Española de la Lengua porque me parece de una gran belleza. Según esta el crepúsculo es la “claridad que hay desde que raya el día hasta que sale el Sol, y desde que este se pone hasta que es de noche”. Bien, creo que el asunto está claro y todos entendemos a que momentos del día nos estamos refiriendo, y fijaos bien que he dicho momentos porque solemos tender a asociar el crepúsculo  únicamente con la puesta del  Sol.

Antes he dicho que no sabemos lo suficiente de él y es porque suele pasarnos desapercibido el hecho de que no hay un único crepúsculo, dos mejor dicho: el matutino y el vespertino, sino que cada uno de ellos está subdividido en varios crepúsculos. Dicho sea de paso el gran poeta Don Pablo Neruda ya sintió una gran atracción y fascinación por los crepúsculos que le llevó a escribir su primer libro bajo el título de “Crepusculario” nada más y nada menos que a la corta edad de 16 años. Si bien es cierto que a lo largo del libro de poemas nos regala varios crepúsculos su objetivo no es diferenciarlos desde el punto de vista que aquí pretendemos. No obstante recomiendo su lectura para ligar una vez más la ciencia con las letras aunque a mi entender estas no están separadas de ninguna de las maneras.

Una bonita edición de "Crepusculario".

Volvamos pues al objetivo de esta entrada. La sucesión de claridad seguida de oscuridad que configura los días se debe, como no, a la rotación terrestre. Es decir al movimiento propio de nuestro planeta en torno a un eje imaginario Norte-Sur que hace que diariamente el Sol “aparezca” por  el este para “desaparecer” por el oeste. El entrecomillado hace referencia a que no es el Sol el que aparece sino que es la Tierra la que rota hasta que volvemos a ver el Sol que previamente habíamos dejado de ver por el mismo motivo. Bueno bien, ¿y que tiene esto que ver con los distintos crepúsculos? Como hemos dicho el crepúsculo es aquel momento desde que el Sol se pone hasta que se hace de noche y de igual manera por la mañana, es decir desde que empieza la claridad hasta que sale el Sol. Bien, pues cuando analizamos esto más profundamente vemos que el asunto se complica un poco y será esto lo que nos de los distintos tipos de crepúsculos de los que venimos hablando. Vayamos pues…

Para simplificar la explicación vamos a hacer referencia en todo momento únicamente al crepúsculo vespertino dando por hecho que en el matutino ocurre lo mismo. El crepúsculo comienza pues en el momento en el que el Sol se esconde tras el horizonte, esto que  a priori no encierra más misterio vamos a ver como tiene más miga de la que  parece. Cuando el Sol ya ha cruzado la línea del horizonte, es decir en el momento en que  ya no deberíamos verlo aún lo seguimos haciendo  de manera que parece que aún no ha desaparecido tras el horizonte. ¿Por qué ocurre esto? Los rayos de Sol en su camino hacia nuestro planeta tienen que atravesar la atmósfera terrestre y esta actúa como si fuera una gran lente haciendo que los rayos solares se curven de tal manera que podamos verlos cuando el Sol ya se ha escondido tras el horizonte. Pasados unos instantes el sol se oculta por fin tras el horizonte, es decir la puesta de Sol ya ha concluido, pero como habréis podido comprobar en más de una ocasión todavía no reina la oscuridad. Y esto es debido a que el Sol sigue alumbrando las capas superiores de la atmósfera. Es ese momento en el que si miramos al cielo hacia el este lo veremos mucho más oscuro que hacia el oeste (punto por el cual el Sol se ha puesto) donde este último todavía conserva unos colores que produce esos maravillosos crepúsculos  que todos hemos podido disfrutar en más de una ocasión y que tanto inspiran a los poetas. A esta fase del crepúsculo se le denomina crepúsculo civil y finaliza cuando el Sol desciende hasta 6 grados por debajo del horizonte. Cuando el Sol traspasa este límite de los 6 grados ya no ilumina las capas superiores de la atmósfera pero aún no reina la oscuridad total debido a que un poco de luz aún sigue difundiéndose por la atmósfera. En esta fase del crepúsculo empiezan a verse las primeras estrellas (lógicamente dependerá de múltiples factores como la contaminación lumínica entre otros) y lo que es más importante en el mar seremos capaces de poder distinguir aún la línea del horizonte motivo por el cual esta fase del crepúsculo se denomina crepúsculo náutico y terminará cuando el Sol haya descendido hasta 12 grados por debajo del horizonte. A partir de este momento y hasta que el Sol descienda hasta los 18 grados habremos entrado en el crepúsculo astronómico, transcurrido el cual ya reinará la oscuridad y los astrónomos podrán dedicarse a realizar sus observaciones sin que se vean estas afectadas por la luz solar. Se verán afectadas por otras muchas luces provenientes de la contaminación lumínica pero eso ya es otro cantar. De igual manera el crepúsculo matutino se subdivide en los mismos tres tipos de crepúsculos, a saber: el crepúsculo astronómico (desde -18 grados hasta – 12 grados), el crepúsculo náutico (-12 grados hasta -6 grados) y por último el crepúsculo civil (-6 grados hasta que empezamos a ver el Sol).


Subdivisiones del crepúsculo.


Como habéis podido comprobar esto de los crepúsculos encierra más misterio del que parecía lo cual no es impedimento para que podamos disfrutar de ellos sin conocer todo esto, pero si lo sabemos  siempre será mejor. Será un añadido que hará, a mi modo de ver, que gocemos más de cualquier fenómeno natural siendo consciente de la explicación científica que se esconde detrás. Siempre que combino la observación de cualquier fenómeno con su explicación científica tiendo a recordar el reproche que le hacia el poeta Keats a Newton acusándole de haber despojado al arco iris de toda su belleza al haber explicado que “simplemente” se trata de la descomposición de la luz al atravesar un prisma. A lo que responde el grandísimo Richard Dawkins en su libro “Destejiendo el arco iris” que “el descubrimiento de los mecanismos que rigen los fenómenos naturales no sólo no destruye su poesía sino que la ensalza, revelándonos aspectos sorprendentes que de ninguna otra  manera podríamos apreciar o imaginar. Y puesto que andamos hablando de poetas y comenzábamos este post mencionando el libro “Crepusculario” de Neruda que mejor que despedirnos con unos fragmentos de dicho libro que nos hablan de los crepúsculos.


-Helios y las canciones-

Inicial

He ido bajo Helios, que me mira sangrante
laborando en silencio mis jardines ausentes.
[…]

-Los crepúsculos de Maruri-

La tarde sobre los tejados  (Lentisimo)

La tarde sobre los tejados
cae
y cae…
Quién le dio para que viniera
alas de ave?

Y este silencio que lo llena
todo,
desde qué país de astros
se vino sólo?

Y por qué esta bruma
-plúmula trémula-
beso de lluvia
-sensitiva-

cayó en silencio –y para siempre-
sobre mi vida?


Mi alma

Mi alma es un carrousel vacío en el crepúsculo.


Aquí estoy con mi pobre cuerpo

Aquí estoy con mi pobre cuerpo frente al crepúsculo
que entinta de oros rojos el cielo de la tarde:
mientras entre la niebla los árboles oscuros
se libertan y salen a danzar por las calles.

Yo no sé por qué estoy aquí, ni cuando vine
ni por qué la luz roja del sol lo llena todo:
me basta con sentir frente a mi cuerpo triste
la inmensidad de un cielo teñido de oro.

la inmensa rojedad de un sol que ya no existe,
el inmenso cadáver de una tierra ya muerta,
y frente a las astrales luminarias que tiñen el cielo,
la inmensidad de mi alma bajo la tarde inmensa.


-Ventana al camino-

Agua dormida

Quiero saltar al agua para caer al cielo.


Playa del sur

La dentellada del mar muerde
la abierta pulpa de la costa
donde se estrella el agua verde
contra la tierra silenciosa.

Parado cielo y lejanía.
El horizonte, como un brazo,
rodea la fruta encendida
del sol cayendo en el ocaso.

[...]



“Esta entrada participa en laedición LX (marzo-abril de 2015) del Carnaval de la Física cuyo blog anfitrión es ::ZTFNews.”

Y recordad siempre: Magia..., No, Ciencia!!

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1 comentario:

  1. Una entrada genial y para una inculta en crepúsculos como yo aún más. He aprendido muchísimo. Gracias Dan

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